Libreto | Posesión Canónica del II Arzobispo de Cartago

 

SANTA MISA 
POSESIÓN CANÓNICA DE S.E.R
SAHID PRADO
II ARZOBISPO DE CARTAGO
27.08.2024

RITOS INICIALES

CANTO DE ENTRADA

JESUCRISTO, HAZ DE NOSOTROS UN PUEBLO SACERDOTAL
PARA DIOS, NUESTRO PADRE.
A ÉL LA GLORIA Y EL PODER POR LOS SIGLOS.

HOY TE CANTAMOS, OH HIJO PREDILECTO DEL PADRE,
HOY TE ALABAMOS, CIENCIA ETERNA Y VERBO DE DIOS.
HOY TE CANTAMOS HIJO DE MARÍA, LA VIRGEN,
HOY TE ALABAMOS, CRISTO NUESTRO HERMANO Y NUESTRO SALVADOR.
A ÉL LA GLORIA Y EL PODER POR LOS SIGLOS. ℟.

HOY TE CANTAMOS, LUZ DE ESPLENDOR ETERNO,
HOY TE ALABAMOS, ESTRELLA DE LA MAÑANA QUE ANUNCIA EL DÍA.
HOY TE CANTAMOS, MESÍAS ESPERADO POR LOS POBRES,
HOY TE ALABAMOS, OH CRISTO NUESTRO REY Y PRÍNCIPE DE LA PAZ.
A ÉL LA GLORIA Y EL PODER POR LOS SIGLOS. ℟.

HOY TE CANTAMOS, CORDERO DE LA PASCUA ETERNA,
HOY TE ALABAMOS, VÍCTIMA INMOLADA POR NUESTROS PECADOS.
HOY TE CANTAMOS, CRISTO SALVADOR INMORTAL,
HOY TE ALABAMOS, POR TU MUERTE Y RESURRECCIÓN.
A ÉL LA GLORIA Y EL PODER POR LOS SIGLOS. ℟.

HOY TE CANTAMOS, MEDIADOR ENTRE DIOS Y LOS HOMBRES,
HOY TE ALABAMOS, OH RUTA VIVIENTE DEL CIELO.
HOY TE CANTAMOS, SACERDOTE DE LA NUEVA ALIANZA,
HOY TE ALABAMOS, TÚ ERES NUESTRA PAZ POR LA SANGRE DE LA CRUZ.
A ÉL LA GLORIA Y EL PODER POR LOS SIGLOS. ℟.

Terminado el canto de entrada, el sacerdote y los fieles, de pie, se santiguan con la señal de la cruz, mientras el sacerdote, vuelto hacia el pueblo, dice: 
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. 
℟. Amén.

La paz esté con ustedes.
℟. Y con tu espíritu.

Seguidamente, el Obispo pronuncia las palabras de presentación e introduce la celebración:
Hermanos amadísimos en el Señor:
Hoy es un día de gozo para la Iglesia que peregrina en Cartago, pues recibe y acoge a su nuevo Obispo y pastor. Por ello, estamos aquí reunidos en la presencia del Señor para recibirlo con alegría, orar por su Ministerio Apostólico que ahora inicia, de modo que, como dice bellamente la bendición solemne del ritual de la Ordenación Episcopal “el progreso de los fieles sea el gozo eterno de sus pastores”.

Pidamos la gracia del Señor, para que, al pastor no le falte la obediencia de su pueblo y al pueblo no le falte el cuidado del pastor.

Por eso, hoy hemos venido en nombre de nuestro Santo Padre, el Papa Juan Pablo VI, a dar posesión en la sede del nuevo Arzobispo Metropolitano.

Después de introducir la celebración eucarística, El Obispo pronuncia sus propias palabras hacia el nuevo Arzobispo y el clero arquidiocesano.

El Obispo Auxiliar, o el Vicario General, si lo desea, pronuncia sus palabras en nombre del clero.

LECTURA DE LAS LETRAS APOSTÓLICAS

Luego de las alocuciones, el Obispo, de pie, pide al Canciller Diocesano, que presente y lea las letras Apostólicas:
En nombre del clero y del Colegio Episcopal, se presente y lea las letras Apostólicas.

El Canciller Diocesano presenta la bula al Obispo, para luego de darle lectura a las mismas desde el ambón.
__________________

IOANNES PAVLVS, EPISCOPVS
SERVVS SERVORVM DEI

Al estimado hermano Sahid Prado nombrado Arzobispo Metropolitano de la Arquidiócesis de Cartago, salud y paz, y bendición apostólica. 

“Cuidad de vosotros y de todo el rebaño que el Espíritu Santo os ha puesto por supervisores para pastorear la Iglesia de Dios, la cual él adquirió para sí con su sangre” (Hechos 20:38). Esto es lo que el divino escritor nos exhorta a hacer. Debemos ser buenos pastores, guiando el rebaño del Señor hacia la Jerusalén Celestial y actuando como obispos establecidos no por los hombres, sino por el Espíritu Santo mismo. Somos enviados y guiados por el Espíritu Divino, que procede del Padre y del Hijo y es uno con Ellos. 

De esta manera, dirijo mi mirada a la porción del pueblo de Dios que reside en la Arquidiócesis de Cartago, en Costa Rica. 

Habiendo observado el trabajo diligente y celoso que habéis realizado en esta iglesia particular, cuidando del rebaño que os ha sido confiado y ayudando en todo a los presbíteros y episcopos que están bajo vuestra tutela, he llegado a la conclusión de que sois dignos de recibir más, como lo erais. fieles en lo poco (cf. Lc 16, 10). 

Por tanto, bajo la iluminación y asistencia del Espíritu Divino, y con la autoridad y garantía de San Pedro, nombramos Arzobispo Metropolitano de la Arquidiócesis de Cartago, gozando de todos los derechos y deberes inherentes a esta condición. 

Que tomes posesión de la cátedra de esta circunscripción, y que el palio pastoral bendecido por mí te sea impuesto, por manos del Nuncio Apostólico. También se levantarán tres actas para ser archivadas en nuestros documentos, en la Curia Arquidiocesana y en los documentos de la Nunciatura Apostólica para Costa Rica y paises de habla hispana. 

Dado y transmitido en Roma, junto a San Pedro, el día 15 de agosto, Solemnidad de Nuestra Señora de la Asunción, del año del Señor 2024, primero de nuestro Pontificado.

  
Ioannes Pavlvs Pp. VI
Pontifex Maximvs

Et ego


 † Pedro Schneider Card. PAROLIN
Núncio Apostólico do Brasil
__________________

Terminada la lectura, el pueblo aclama:
Demos gracias a Dios.

El Obispo pide al nuevo Arzobispo que se ponga de pie, y, con la siguiente exhortación da posesión de la cátedra al nuevo Obispo:
Venerado hermano:
Te invito para que, en nombre del Señor, Pastor de la Iglesia, tomes posesión de la Cátedra Episcopal de esta Iglesia de Cartago, para la que nuestro amado Santo Padre te ha llamado, y recibas el afecto de tus hermanos en el Episcopado y el acatamiento de tus nuevos hijos los Presbíteros y Diáconos de esta tu Iglesia.

Luego de tomar asiento de la Cátedra, el Arzobispo recibe el Báculo Pastoral de manos del Obispo, mientras la asamblea lo acoge.

Seguidamente, el nuevo Arzobispo recibe el saludo de acogida de los Arzobispos y Obispos presentes, de los Presbíteros y Diáconos, Religiosos y seminaristas.


CANTEMOS AL SEÑOR CON ALEGRÍA,
UNIDOS A LA VOZ DEL PASTOR SANTO;
DEMOS GRACIAS A DIOS, QUE ES LUZ Y GUÍA,
SOLÍCITO PASTOR DE SU REBAÑO.

ES SU VOZ Y SU AMOR EL QUE NOS LLAMA
EN LA VOZ DEL PASTOR QUE ÉL HA ELEGIDO,
ES SU AMOR INFINITO EL QUE NOS AMA
EN LA ENTREGA Y AMOR DE ESTE OTRO CRISTO.

CONOCIENDO EN LA FE SU FIEL PRESENCIA,
HAMBRIENTOS DE VERDAD Y LUZ DIVINA,
SIGAMOS AL PASTOR QUE ES PROVIDENCIA
DE PASTOS ABUNDANTES QUE SON VIDA.

APACIENTA, SEÑOR, GUARDA A TUS HIJOS,
MANDA SIEMPRE A TU MIES TRABAJADORES;
CADA AURORA, A LA PUERTA DEL APRISCO,
NOS AGUARDE EL AMOR DE TUS PASTORES.

Luego de tomar posesión de la cátedra, el Arzobispo prosigue con la celebración Eucarística entonando el Gloria.

GLORIA

GLORIA A DIOS EN EL CIELO,
Y EN LA TIERRA PAZ A LOS HOMBRES
QUE AMA EL SEÑOR, QUE AMA EL SEÑOR.

POR TU INMENSA GLORIA TE ALABAMOS,
TE BENDECIMOS,
TE ADORAMOS,
TE GLORIFICAMOS,
TE DAMOS GRACIAS, ℟.

SEÑOR DIOS, REY CELESTIAL,
DIOS PADRE TODOPODEROSO.
SEÑOR, HIJO ÚNICO, JESUCRISTO;
SEÑOR DIOS, CORDERO DE DIOS,
HIJO DEL PADRE; ℟.

TÚ QUE QUITAS EL PECADO DEL MUNDO,
TEN PIEDAD DE NOSOTROS;
TÚ QUE QUITAS EL PECADO DEL MUNDO,
ATIENDE NUESTRA SÚPLICA;
TÚ QUE ESTÁS SENTADO A LA DERECHA DEL PADRE,
TEN PIEDAD DE NOSOTROS; ℟.

PORQUE SÓLO TÚ ERES SANTO,
SÓLO TÚ SEÑOR,
SÓLO TÚ ALTÍSIMO, JESUCRISTO,
CON EL ESPÍRITU SANTO
EN LA GLORIA DE DIOS PADRE. ℟.

AMÉN.

ORACIÓN COLECTA

Terminado el himno, el sacerdote, con las manos juntas, dice: 
Oremos.
Y todos, junto con el sacerdote, oran en silencio durante un breve espacio de tiempo. Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración colecta:  
Renueva, Señor, en tu Iglesia el espíritu que infundiste en tu obispo san Agustín, para que, llenos de ese mismo espíritu, tengamos sed solamente de ti, fuente de la verdadera sabiduría, y te busquemos como creador del amor supremo.
Por nuestro Señor Jesucristo tu hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios, por los siglos de los siglos.
℟. Amén.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA
(Ez 3, 16-21)

Te he constituido centinela de Israel.

Lectura del libro de Ezequiel.

Al cabo de los siete días, el Señor me dirigió esta palabra: 
«Hijo de hombre, te he constituido centinela de Israel. Cuando escuches una palabra de mi boca, los amonestarás de parte mía. 
Si yo digo al malvado “morirás inexorablemente”, y tú no lo habías amonestado ni le habías advertido que se apartara de su perversa conducta para conservar la vida, el malvado morirá por su culpa; pero a ti te pediré cuenta de su vida. 
En cambio, si amonestas al malvado y él no se convierte de su maldad y de su perversa conducta, entonces él morirá por su culpa, pero tú habrás salvado tu vida. 
Si, al contrario, el justo se desvía de su justicia y obra mal, yo le pondré una trampa y morirá. Como tú no lo has amonestado, él morirá por su pecado, y no se tendrán en cuenta las obras buenas que había hecho; pero a ti te pediré cuenta de su vida. 
Pero si tú amonestas al justo para que no peque, y no peca, ciertamente él conservará la vida, porque había sido amonestado, y tú habrás salvado la tuya».

Palabra de Dios.
℟. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
(Sal 116)

℟. Vayan al mundo entero y proclamen el Evangelio.

Alaben al Señor, todas las naciones,
aclámenlo, todos los pueblos. ℟.

Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre. ℟.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
(Lc 4, 18)

℟. ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA.

℣. EL SEÑOR ME HA ENVIADO
PARA ANUNCIAR EL EVANGELIO A LOS POBRES,
PARA ANUNCIAR A LOS CAUTIVOS LA LIBERTAD.

℟. ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA.

EVANGELIO
(Mt 23, 8-12)

El primero entre ustedes será su servidor.

℣. El Señor esté con ustedes.
℟. Y con tu espíritu.

 Lectura del Santo Evangelio según san Mateo.
℟. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Ustedes, en cambio, no se dejen llamar rabbí, porque uno solo es su maestro y todos ustedes son hermanos. 
Y no llamen padre suyo a nadie en la tierra, porque uno solo es su Padre, el del cielo. 
No se dejen llamar maestros, porque uno solo es su maestro, el Mesías. 
El primero entre ustedes será su servidor. 
El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».

℣. Palabra del Señor.
℟. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN DE LOS FIELES

El sacerdote invita a los fieles a orar:
Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso, que con amor rige los destinos de su Iglesia, para que derrame con largueza sus beneficios sobre nosotros:

℟. Oh Señor, escucha y ten piedad.

1. Por la Santa Madre Iglesia, para que transmita fielmente la Buena Noticia de Jesucristo, luz de los pueblos, y sea sacramento o signo e instrumento de la íntima unión con Dios y de unidad de todo el género humano. Roguemos al Señor. ℟.

2. Por el Papa Juan Pablo VI, Pastor de la Iglesia Católica, para que asistido por el Espíritu Santo, con su ejemplo y palabra, nos confirme en la fe en Dios que es amor, sostenga nuestra esperanza y estimule nuestra caridad. Roguemos al Señor. ℟.

3. Por nuestro Obispo, Monseñor Sahid para que, a ejemplo de Jesucristo, el Buen Pastor, y con la fuerza del Espíritu Santo ejerza el ministerio episcopal que es oficio de amor, como sucesor de los Apóstoles, en comunión con el Papa y con el Episcopado universal, apacentando a esta Iglesia de Dios que peregrina en esta comunidad. Roguemos al Señor. ℟.

4. Por todos los hombres, especialmente los pobres, los afligidos, los enfermos, los ancianos, los emigrantes, cuyos gozos y esperanzas, tristezas y angustias son también gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo, para que se abran por el testimonio evangelizador y misionero de los cristianos al único que salva, Jesucristo. Roguemos al Señor. ℟.

5. Por todos nosotros, reunidos en el Señor en torno a nuestro Arzobispo, para que sepamos vivir en comunión de fe y de amor con nuestro Pastor con la ayuda e intercesión de la Santísima Virgen y de todos los Santos. Roguemos al Señor. ℟.

En silencio presentamos nuestras intenciones.

El sacerdote termina la plegaria universal:
Oh Dios, que con misericordia sostienes a tu pueblo y con amor lo gobiernas, escucha nuestra oración para que progresemos en el espíritu de verdad y de amor y así un día podamos reunimos todos en el reino glorioso de tu Hijo.
Que vive y reina por los siglos de los siglos.
℟. Amén.

LITURGIA EUCARÍSTICA

CANTO DE OFERTORIO

BENDITO ERES TÚ, SEÑOR,
BENDITO TU SANTO NOMBRE.
ALELUYA, ALELUYA.

TÚ QUE HAS HECHO EL CIELO Y LA TIERRA,
DIOS GRANDE, DIOS EXCELSO,
TÚ, REY PODEROSO, BENDITO ERES TÚ. ℟.

TÚ QUE ERES NUESTRO SALVADOR.
TÚ QUE NOS DAS GOZO Y VIDA.
TÚ DIOS SANTO, BENDITO ERES TÚ. ℟.

TÚ QUE ERES GRANDE EN EL AMOR,
TÚ, DIOS DE MISERICORDIA,
TÚ, DIOS CLEMENTE, BENDITO ERES TÚ. ℟.

Inciensa las ofrendas, la cruz y el altar. Después el diácono, u otro ministro, inciensa al sacerdote y al pueblo.

Después, de pie en el centro del aftar, de cara al pueblo, extendiendo y juntando las manos, dice:
Oren, hermanos, para que este sacrificio, mío y de ustedes, Sea agradable a Dios, Padre todopoderoso.
℟. El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Luego el Sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración sobre las ofrendas:  
Al celebrar el memorial de nuestra salvación, suplicamos, Señor, tu clemencia, para que este sacramento de piedad sea para nosotros signo de unidad y vínculo de caridad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
℟. Amén. 

PREFACIO
La presencia de los santos pastores en la Iglesia

℣. El Señor esté con ustedes.
℟. Y con tu espíritu.

℣. Levantemos el corazón.
℟. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

℣. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
℟. Es justo y necesario.

El sacerdote prosigue el prefacio, con las manos extendidas:  
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. 

Porque nos concedes la alegría de celebrar hoy la fiesta de San Agustín, fortaleciendo a tu Iglesia con el ejemplo de su vida, instruyéndola con su palabra y protegiéndola con su intercesión. 

Por eso, con los ángeles y los santos, te cantamos el himno de alabanza diciendo sin cesar:

SANTO
(Misa Melódica)

SANTO, SANTO, SANTO ES EL SEÑOR, DIOS DEL UNIVERSO.
LLENOS ESTÁN EL CIELO Y LA TIERRA DE TU GLORIA.

HOSANNA, HOSANNA, HOSANNA EN EL CIELO.
HOSANNA, HOSANNA, HOSANNA EN EL CIELO.

BENDITO EL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR.

HOSANNA, HOSANNA, HOSANNA EN EL CIELO.
HOSANNA, HOSANNA, HOSANNA EN EL CIELO.


PLEGARIA EUCARÍSTICA I
O CANON ROMANO

El sacerdote, con las manos extendidas, dice:  
CP: 
PADRE misericordioso, te pedimos humildemente, por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, 

Junta las manos y dice: 
que aceptes 

Traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:
y bendigas  estos dones, este sacrificio santo y puro que te ofrecemos, 

Con las manos extendidas, prosigue: 
ante todo, por tu Iglesia santa y católica, para que le concedas la paz, la protejas, la congregues en la unidad y la gobiernes en el mundo entero, con tu servidor el Papa Juan Pablo IV, conmigo, indigno siervo tuyo, y todos los demás Obispos que, fieles a la verdad, promueven la fe católica y apostólica.

Conmemoración de los vivos
C1: 
Acuérdate, Señor, de tus hijos [N. y N.

Junta las manos y ora unos momentos por quienes tiene la intención de orar. 
Después, con las manos extendida, prosigue: 
y de todos los aquí reunidos, cuya fe y entrega bien conoces; por ellos y todos los suyos, por el perdón de sus pecados y la salvación que esperan, te ofrecemos, y ellos mismos te ofrecen, este sacrificio de alabanza, a tí, eterno Dios, vivo y verdadero.

Conmemoración de los Santos
C2: 
Reunidos en comunión con toda la Iglesia, veneramos la memoria, ante todo, de la gloriosa siempre Virgen María, Madre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor; la de su esposo, san José; la de los santos apóstoles y mártires Pedro y Pablo, Andrés, [Santiago y Juan, Tomás, Santiago, Felipe, Bartolomé, Mateo, Simón y Tadeo; Lino, Cleto, Clemente, Sixto, Comelio, Cipriano, Lorenzo, Crisógono, Juan y Pablo, Cosme y Damián] y la de todos los santos; por sus méritos y oraciones concédenos en todo tu protección. 
[Por Cristo, nuestro Señor. Amén.]

Con las manos extendidas, prosigue:
CP: 
Acepta, Señor, en tu bondad, esta ofrenda de tus siervos y de toda tu familia santa; ordena en tu paz nuestros días, líbranos de la condenación eterna y cuéntanos entre tus elegidos.

Extendiendo las mano sobre las ofrendas, dice: 
CC: 
Bendice y santifica esta ofrenda, Padre, haciéndola perfecta, espiritual y digna de ti: que se convierta para nosotros en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo amado, Jesucristo, nuestro Señor. 

El cual, la víspera de su Pasión, 

Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue: 
tomó pan en sus santas y venerables manos, 

Eleva los ojos. 
y, elevando los ojos al cielo, hacia ti, Dios, Padre suyo todopoderoso, dando gracias te bendijo, lo partió, y lo dio a sus discípulos.

Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión.

Después prosigue: 
Del mismo modo, acabada la cena, 

Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue: 
tomó este cáliz glorioso en sus santas y venerables manos, dando gracias te bendijo, y lo dio a sus discípulos.

Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.

Luego dice: 
Éste es el Sacramento de nuestra fe.
℟. Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven , Señor Jesús!

Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice: 
CC: 
Por eso, Padre, nosotros, tus siervos, y todo tu pueblo santo, al celebrar este memorial de la muerte gloriosa de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, de su santa resurrección del lugar de los muertos y de su admirable ascensión a los cielos, te ofrecemos, Dios de gloría y majestad, de los mismos bienes que nos has dado, el sacrificio puro, inmaculado y santo: pan de vida eterna y cáliz de eterna salvación. 

Mira con ojos de bondad esta ofrenda y acéptala, como aceptaste los dones del justo Abel el sacrificio de Abraham, nuestro padre en la fe, y la oblación pura de tu sumo sacerdote Melquísedec.

Inclinado, con las manos juntas, prosigue: 
Te pedimos humildemente, Dios todopoderoso, que esta ofrenda sea llevada a tu presencia, hasta el altar del cielo, por manos de tu Angel, para que cuantos recibimos el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, al participar aquí de este altar, 

Se endereza y se signa, diciendo: 
seamos colmados de gracia y bendición. 

junta las manos. 
[Por Cristo, nuestro Señor. Amén.]  

Conmemoración de los difuntos
Con las manos extendidas, dice: 
C3: 
Acuérdate también, Señor, de tus hijos [N. y N.], que nos han precedido con el signo de la fe y duermen ya el sueño de la paz. 

Junta las manos y ora unos momentos por los difuntos por quienes tiene intención de orar.
Después, con las manos extendidas, prosigue: 
A ellos, Señor, y a cuantos descansan en Cristo, concédeles el lugar del consuelo, de la luz y de la paz. 

Junta las manos. 
[Por Cristo, nuestro Señor. Amén.]

Con la mano derecha se golpea el pecho, diciendo: 
C4: 
Y a nosotros, pecadores, siervos tuyos, 

Con las manos extendidas, prosigue: 
que confiamos en tu infinita misericordia, admítenos en la asamblea de los santos apóstoles y mártires Juan el Bautista, Esteban, Matías y Bernabé, [Ignacio, Alejandro, Marcelino y Pedro, Felicidad y Perpetua, Águeda, Lucía, Inés, Cecilia, Anastasia,] y de todos los santos; y acéptanos en su compañía, no por nuestros méritos, sino conforme a tu bondad. 

Junta las manos. 
Por Cristo, Señor nuestro.

Y continúa: 
CP: 
Por quien sigues creando todos los bienes, los santificas, los llenas de vida, los bendices y los repartes entre nosotros.

Toma la patena con el pan consagrado y el cáliz, los eleva y dice:
CP o CC:
Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. 
℟. Amén.

RITO DE COMUNIÓN

Una vez depositados el cáliz y la patena sobre el altar, el sacerdote, con las manos juntas, dice:
Llenos de alegría por ser hijos de Dios, digamos confiadamente la oración que Cristo nos enseñó:

Extiende las manos y, junto con el pueblo, continúa:
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

Solo el sacerdote, con las manos extendidas, prosigue diciendo:
Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.
℟. Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.  

Solo el sacerdote, con las manos extendidas, prosigue diciendo:
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: «La paz les dejo, mi paz les doy», no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. 
Junta las manos. 
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
℟. Amén. 

El sacerdote, vuelto hacia el pueblo, extendiendo y juntando las manos, alidde: 
La paz del Señor esté siempre con ustedes.
℟. Y con tu espíritu. 

Luego, si se juzga oportuno, el diácono, o el sacerdote, añade: 
Dense fraternalmente la paz.

CORDERO DE DIOS
(Misa melódica)

CORDERO DE DIOS QUE QUITAS, EL PECADO DEL MUNDO,
TEN PIEDAD DE NOSOTROS,
TEN PIEDAD DE NOSOTROS.

CORDERO DE DIOS QUE QUITAS, EL PECADO DEL MUNDO,
TEN PIEDAD DE NOSOTROS,
TEN PIEDAD DE NOSOTROS.

CORDERO DE DIOS QUE QUITAS, EL PECADO DEL MUNDO,
DANOS LA PAZ, DANOS LA PAZ, 
DANOS DANOS, DANOS LA PAZ,
DANOS DANOS, DANOS LA PAZ.

El sacerdote hace genuflexión, toma el pan consagrado y, sosteniéndolo un poco elevado sobre la patena o sobre el cáliz, de cara al pueblo, dice con voz clara:
Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor.
℟. Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.

CANTO DE COMUNIÓN
(Dios nos da su pan - C. Erdozaín)

DIOS NOS DA SU PAN,
PAN DE ETERNIDAD;
EN EL CONVITE DEL ALTAR.
ÉL ES MI MANJAR.
ÉL ES MI MANJAR.
ÉL ES MI MANÁ,
EL QUE SE ACERQUE AL ALTAR
VIVA EN HERMANDAD.

EL REY SE HACE MENDIGO, BUSCA MI AMOR.
¡EL REY ME INVITA A SU MESA, QUÉ GRAN HONOR!
QUIERO SER DIGNO DE SU AMOR,
QUIERO VIVIR EN COMUNIÓN. ℟.

LA CENA ESTÁ PREPARADA EN EL ALTAR.
LA CENA ES NUESTRA PASCUA DE LIBERTAD.
COMO MANJAR ÉL SE NOS DA,
ÉL ES EL PAN DE ETERNIDAD. ℟.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Luego, de pie en el altar o en la sede, el sacerdote, vuelto hacia el pueblo, con las manos juntas, dice:
Oremos.
Y todos, junto con el sacerdote, oran en silencio durante unos momentos, a no ser que este silencio ya se hdya hecho antes. Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración después de la Comunión:
Te rogamos, Señor, que nos santifique la participación en la mesa de Cristo para que, hechos miembros suyos, seamos lo que recibimos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
℟. Amén.

ORACIÓN DEL AÑO SANTO JUBILAR

Todos: 
Señor, a Ti elevamos nuestros corazones llenos de gratitud/ por la bendición de los últimos 10 años de nuestra comunidad./ Ante Ti reconocemos la importancia de este espacio virtual/ que une corazones, promueve amistades y fortalece lazos fraternos/ entre quienes buscan la fe./ Te pedimos, oh Señor,/ derrames tu gracia sobre los corazones de los jóvenes de nuestra comunidad,/ para que puedan discernir y abrazar generosamente las vocaciones/ a las que Tú los llamas, ya sea en la vida matrimonial, religiosa o laical. Por Cristo Nuestro Señor.
℟. Amén.

RITO DE CONCLUSIÓN

BENDICIÓN

Después tiene lugar la despedida, el celebrante recibe la mitra y, extendiendo las manos, dice:  
El Señor esté con ustedes.
℟. Y con tu espíritu. 

El celebrante dice:
Bendito sea el nombre del Señor.
 ℟. Ahora y por siempre.

℣. Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
℟. Que hizo el cielo y la tierra.

Entonces el celebrante, habiendo recibido el báculo, si lo usa, dice:
℣. La bendición de Dios todopoderoso, Padre , Hijo , y Espíritu ✠ Santo.
℟. Amén.

Luego el diácono, o el mismo sacerdote, con las manos juntas, vuelto hacia el pueblo, dice:
Pueden ir en paz. 
℟. Demos gracias a Dios.

Después el sacerdote venera el altar con un beso, como al comienzo. Seguidamente, hecha una inclinación profunda con los ministros, se retira.

CANTO DE SALIDA
(Humilde Nazarena - C. Gabaraín)

HUMILDE NAZARENA, OH MARÍA;
BLANCURA DE AZUCENA, OH MARÍA.
SALVE MADRE VIRGINAL,
SALVE REINA CELESTIAL;
SALVE, SALVE, SALVE MARÍA.

LUCERO DE LA AURORA, OH MARÍA;
CONSUELO DEL QUE LLORA, OH MARÍA.
DIOS NACIÓ EN UN PORTAL,
FLORECIENDO EN TU ROSAL;
SALVE, SALVE, SALVE MARÍA.

TÚ ERES NUESTRA MADRE, OH MARÍA;
LEVANTAS AL QUE CAE, OH MARÍA.
SALVE, ALIVIO EN EL DOLOR,
SALVE, MADRE DEL AMOR;
SALVE, SALVE, SALVE MARÍA.

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